En el artículo 2º apartado
X de la ley número 127 del Desarrollo Integral de la Juventud para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave
declara que “Joven: Ser humano cuya edad comprende el rango entre los 15 y los
29 años”.
Los jóvenes constituyen un sector importante porque conforman más
del 50% de la población en México. Precisamente una de las grandes problemáticas que ha llamado la atención de los
gobiernos y de los estudiosos de la política es el desinterés y la
indiferencia manifestadas por parte de estos hacia la participación política,
por ende, a la política misma; lo
anterior queda demostrado en la segunda
Encuesta Nacional de la Juventud del año 2005, en la cual se registró que el 22.3% de los jóvenes muestran un
interés nulo por la política y las
elecciones; el 38 % dice no estar
interesado en ver noticias sobre política. La razón argumentada fue que los
políticos no eran honestos, respuesta que claro, denota la problemática de la
participación política.
Este sector no cree en los
representantes de gobierno porque
son un grupo poblacional al que
sólo se le es reconocido en vísperas de
elecciones, es en esas épocas donde se les valora, sin embargo el valor
adquirido es mercantil. Otro factor que
pareciera crucial al momento de poner en
tela de juicio si se está interesado o no en la política, es el estar informado. La información como guía para la
toma de decisiones y criterios en los
ciudadanos se torna difícil de
diferenciar en relación a la publicidad
política.
Lo anterior es un efecto producido por los medios masivos de
comunicación a la orden de los intereses del mercado que a su vez se impone
ante el Estado, ya que “al parecer, el papel actual del Estado-Nación consiste en gran medida en proteger el sistema mundial de comercio libre y en abastecer a las
empresas de infraestructuras y servicios públicos al menos coste posible”
(Hertz, 2001). Así se ha dado por asumir
como información política a todos los productos comunicativos que
distribuyen alguna idea o imagen política; el joven ciudadano ya no elige una
forma de gobierno, compra un producto: la imagen creada del candidato.
Al no tener acceso a información
objetiva y creíble, puesto que no se
muestran formas de acceso
diferentes a los medios o los partidos
políticos (sin olvidar que existe poca credibilidad en relación con estos), los jóvenes tienden a abstenerse
de participar en política y no sólo en épocas de elecciones. Considerando que la mayoría de la “información
política” es difundida como una mercancía y la mayor parte de
la publicidad está orientada para convencer a los jóvenes
de votar por alguno de los productos en forma de candidatos. El
ciudadano es visto como cliente.
En
este proceso de convencimiento o venta es en el que el voto
adquiere un valor mercantil, por el cual
solo en épocas de elecciones es cuando los jóvenes son tomados en cuenta, es
decir su importancia como grupo
mayoritario de la población se acrecentó después de que el joven ejerce su
voto o simplemente pasa la época de elecciones, dejan de merecer
importancia.
El resultado de lo anterior ha sido una apatía,
al ser víctima de todo este juego mercantil que el Estado influenciado
por el mercado ha generado. Es cuando surge la importancia para el joven
de estar informado porque el desinterés y
la apatía detectados en este grupo generan inmovilidad ante la posibilidad de participar políticamente.
2 comentarios:
Lamentablemente es cierto, a muchos jóvenes no les interesa el tema político, hay mucho desinterés y no tiene que ser así ya que nosotros somos el futuro de nuestro País y tenemos que estar empapados en esto es un tema que nos debe preocupar mucho ya que se trata de nuestro futuro y el de nuestros hijos.
Es un buen análisis Oscar, felicidades.
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